Lecciones de una histórica Asamblea

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Lecciones de una histórica Asamblea

Dotar la República de un escudo, una forma de Gobierno y dos banderas: una de ellas nuestra Bandera de la Estrella Solitaria aprobada como enseña nacional, la tradición democrática de las fuerzas revolucionarias y la necesaria unidad son lecciones de la histórica Asamblea que el 10 de abril de 1869 tomara como escenario al poblado de Guáimaro, pueblo que desde entonces comenzó a formar parte de las gloriosas páginas de la historia de la indómita y mambisa isla de Cuba.

Devenida en símbolo y uno de los encuentros más importantes de la Patria la Asamblea de Guáimaro constituyó en sí una muestra de rebeldía, la rebelde valentía y el coraje que no quebró sino se prendió más como llama de la libertad y la posible independencia definitiva. Cuando apenas concluía la importante reunión, Guáimaro se reducía a cenizas iluminado por el fuego de los patriotas que prefirieron quemarla antes que ver la ciudad sometida al yugo de España. Otros acuerdos se desprendieron como resultado del sitio histórico de la nación que acogió el comienzo de la República cubana en Armas: la aprobación de la Primera Constitución de la República y el desprecio a la explotación evidenciado a través de la abolición inmediata de la esclavitud. Pero también más allá de divergentes criterios y de discrepancias no se han de olvidar los errores que aprendimos a no cometer nunca más como enseñanzas para evitar repetirlos como sucediera en otros momentos históricos; entre ellos la falta de unidad.

Lecciones de una histórica Asamblea

Con el objetivo de lograr esa unidad revolucionaria entre los alzados con una visión independentista y redactar una constitución cubana se realizó el encuentro que unificó a los participantes de Oriente, Camagüey y Las Villas, donde con el fragor de la guerra habían surgido tres gobiernos,dos banderas y tres mandos militares y aunque todos proclamaban la independencia, con tendencias negativas como el regionalismo otras causas afectaban al proceso de estallidos sociopolíticos que a pesar de los diferentes puntos de vista debían unificarse en una Asamblea de Representantes de un gobierno central y una constitución vigente para todo el tiempo que se prolongara la guerra.

Por sus proyecciones democráticas, libertarias y antiesclavistas, la Constitución de Guáimaro proveía de una apropiada base programática a la revolución; ello sin embargo no proporcionaba una nítida definición ideológica que solo podía ser resultado de la propia práctica revolucionaria.

Pero a pesar de ello no pocos constituyen los motivos para que un hecho como este permanezca en la memoria. Ante las diferentes concepciones para desarrollar la Revolución sobresale el gran mérito de constituir el primer paso decisivo en cuanto a la unidad del movimiento independentista cubano en tres regiones que se habían incorporado a la lucha con excepción de Occidente, una estructura gubernamental con Carlos Manuel de Céspedes como Presidente de la República en Armas y en la que el Poder Civil tenía amplias facultades así como la elección entre los participantes como delegados de los principales líderes de cada departamento (Céspedes, Vicente Aguilera, Antonio Alcalá, Jesús Rodríguez, José María Izaguirre, Ignacio Agramonte, Salvador Cisneros Betancourt, Miguel Betancourt, Miguel Gerónimo, Eduardo Machado, Antonio Lorda, Arcadio García, Honorato del Castillo y Tranquilino Valdés).   

El saldo de la Asamblea, tanto por lo que se logró como por lo que no pudo conseguirse, resulta un claro indicador de la madurez alcanzada por el movimiento revolucionario cubano. La trascendencia de esta reunión fundadora no puede ser oscurecida por sus limitaciones. Sus participantes aunaron esfuerzos y lograron presentar un único frente de combate a la metrópoli española. La nación cubana en formación salió de Guáimaro elevada a la estructura de estado independiente. El movimiento revolucionario con los representantes de las regiones insurrectas se anotó un decisivo paso de avance en la formación nacional y en el desarrollo de la conciencia patriótica, en un ambiente que como advirtiera Martí: “puede haber una forma que sobre, pero donde no hay una libertad que falte”.

Lecciones de una histórica Asamblea

A 155 años de la reunión cumbre que sesionó entre el 10 y el 12 de abril de 1869 en terrenos de la jurisdicción de Puerto Príncipe, recordamos hoy la impronta de Céspedes, el ímpetu de Agramonte, el patriotismo de los principales jefes del movimiento insurreccional independentista cubano que al igual que las ansias de lucha constituyen forja del pensamiento revolucionario de los cubanos.

Ver además:

http://www.cubadebate.cu/noticias/2019/04/10/a-150-anos-guaimaro-recuerda-primera-constitucion-de-la-republica-en-armas-fotos-y-video/

http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/04/10/fidel-la-constitucion-de-guaimaro-consagro-el-derecho-a-la-libertad-de-los-cubanos-fotos/

http://www.cubadebate.cu/especiales/2019/04/05/guaimaro-pueblo-sagrado/

http://razonesdecuba.cubadebate.cu/articulos/lecciones-de-guaimaro/

https://www.gibara.gob.cu/es/actualidad/noticias/1025-cabalgando-con-el-mayor

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